Cuando estés herido y solo en las llanuras de Afganistán y las mujeres vengan a terminar el trabajo, coge tu fusil, ponte a bien con tu dios, vuélate la tapa de los sesos y muere como un soldado.
Rudyard Kipling. El soldado de la Reina.
Como Afganistán va a ponerse de moda, he pensado que no estaría de más aportar mi granito de arena y colgar un pequeño resumen de los principales acontecimientos políticos hasta la fecha. Como el blog es mío, me permito el lujo de remontarme, no al imperio sasánida, sino al aqueménida directamente. Las fotos supuestamente las tomó in situ nuestro colaborador Lucio Publio Dentato (a.) Piños, justo antes de la intervenziya soviética. En realidad, el muy cabrón me ha confesado, después de ponerlas aquí, que las cogió de la encarta porque las suyas se veían muy mal pero que si hubiera sabido que de verdad que las iba a colgar, habría intentado arruinar un poco menos mi credibilidad.
Lo que hoy conocemos como Afganistán abarca 652.000 km2. Limita al Norte con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán; al Este y Sur con Pakistán y al Oeste con Irán. Sus actuales fronteras (cuestionadas por los sucesivos gobiernos afganos e ignoradas por buena parte de la población) fueron fijadas por ingleses y rusos hacia 1878. El territorio es sumamente inhóspito y alberga algunas de las cumbres más altas de la Tierra en el Hindukush. La alternancia de escarpadas montañas y llanuras semidesérticas compartimenta el país y ha facilitado a lo largo de la Historia su división y la resistencia a los invasores. La tierra es árida salvo algunos valles fértiles donde se agrupa desde antiguo buena parte de la población. Actualmente, tiene unos 26 millones de habitantes. Las principales ciudades, todas ellas muy antiguas, son: Kabul, la capital (2.450.000 habitantes), Mazar i Sharif (2.500.000), Kandahar (225.000), Herat (177.000). Afganistán no está incluido en las estadísticas de la ONU sobre Indice de Desarrollo Humano, porque desde hace 20 años ha sido imposible recopilar datos suficientes. En la actualidad, prácticamente carece de industria; la agricultura y ganadería son de subsistencia y las vías de comunicación modernas son mínimas y en mal estado. Su principal producto de exportación es el opio, del que es el primer productor mundial.
La población está compuesta por etnias diversas compartidas con sus vecinos al haber sido delimitadas las fronteras sobre el mapa al estilo colonial: Aproximadamente Pashtunes: 38%, Tayikos: 25%, Uzbekos: 6%, Hazara 19%. Hay otros grupos minoritarios. Los idiomas principales son el Pashtun, el Dari (lenguas oficiales) y otras lenguas del tronco turco. La religión mayoritaria es el Islam sunnita en una versión rigorista (84%), Chiís 15% y otros 1%.
Desde el s. VI a.C, Los territorios que configuran el actual Afganistán formaron parte del imperio persa aqueménida, hasta que éste fue conquistado por Alejandro Magno hacia 330 a.C. Alejandro atravesó Afganistán sometiéndolo temporalmente en su paso hacia la India. Tras la muerte del macedonio, la zona fue gobernada por el epígono Seleuco I Nikátor, de cuya época queda la influencia helenística que podía apreciarse en el arte antiguo afgano, fusionado con la influencia budista, antes de su destrucción generalizada por los talibán. De hecho, una minoría religiosa afgana, todavía venera a un dios llamado Sikánder, que volverá algún día.
Poco después, el territorio fue invadido por el rey Indio Chandragupta que estableció su dominio al menos nominal sobre Afganistán y favoreció la adopción del budismo por sus habitantes. La influencia helenística permaneció en el reino de Bactriana, al Norte del país.
Posteriormente, la región padeció sucesivas invasiones de nómadas "hunos blancos" y los intentos de la Persia sasánida de recuperar el antiguo dominio. En estas estaban cuando en el s.VII la expansión árabe alcanzó Afganistán, que fue conquistado y, a la larga, islamizado casi totalmente. Una vez islamizado el imperio persa y repuesto de la invasión árabe, recuperó el control (siempre relativo), posteriormente asumido por diversos caudillos turcos. A principios del s. XI, el sultán Mahmud de Ghazni se hizo con el poder y, bajo su reinado y el de sus sucesores, la cultura alcanzó cotas espléndidas que permanecen en la memoria de los eruditos. La propia Ghazni, hoy una ciudad semiarrasada por las guerras, era un centro de cultura con afamados jardines y su correspondiente guarnición de sabios y poetas.
Rudyard Kipling. El soldado de la Reina.
Como Afganistán va a ponerse de moda, he pensado que no estaría de más aportar mi granito de arena y colgar un pequeño resumen de los principales acontecimientos políticos hasta la fecha. Como el blog es mío, me permito el lujo de remontarme, no al imperio sasánida, sino al aqueménida directamente. Las fotos supuestamente las tomó in situ nuestro colaborador Lucio Publio Dentato (a.) Piños, justo antes de la intervenziya soviética. En realidad, el muy cabrón me ha confesado, después de ponerlas aquí, que las cogió de la encarta porque las suyas se veían muy mal pero que si hubiera sabido que de verdad que las iba a colgar, habría intentado arruinar un poco menos mi credibilidad.
Lo que hoy conocemos como Afganistán abarca 652.000 km2. Limita al Norte con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán; al Este y Sur con Pakistán y al Oeste con Irán. Sus actuales fronteras (cuestionadas por los sucesivos gobiernos afganos e ignoradas por buena parte de la población) fueron fijadas por ingleses y rusos hacia 1878. El territorio es sumamente inhóspito y alberga algunas de las cumbres más altas de la Tierra en el Hindukush. La alternancia de escarpadas montañas y llanuras semidesérticas compartimenta el país y ha facilitado a lo largo de la Historia su división y la resistencia a los invasores. La tierra es árida salvo algunos valles fértiles donde se agrupa desde antiguo buena parte de la población. Actualmente, tiene unos 26 millones de habitantes. Las principales ciudades, todas ellas muy antiguas, son: Kabul, la capital (2.450.000 habitantes), Mazar i Sharif (2.500.000), Kandahar (225.000), Herat (177.000). Afganistán no está incluido en las estadísticas de la ONU sobre Indice de Desarrollo Humano, porque desde hace 20 años ha sido imposible recopilar datos suficientes. En la actualidad, prácticamente carece de industria; la agricultura y ganadería son de subsistencia y las vías de comunicación modernas son mínimas y en mal estado. Su principal producto de exportación es el opio, del que es el primer productor mundial.
La población está compuesta por etnias diversas compartidas con sus vecinos al haber sido delimitadas las fronteras sobre el mapa al estilo colonial: Aproximadamente Pashtunes: 38%, Tayikos: 25%, Uzbekos: 6%, Hazara 19%. Hay otros grupos minoritarios. Los idiomas principales son el Pashtun, el Dari (lenguas oficiales) y otras lenguas del tronco turco. La religión mayoritaria es el Islam sunnita en una versión rigorista (84%), Chiís 15% y otros 1%.
Desde el s. VI a.C, Los territorios que configuran el actual Afganistán formaron parte del imperio persa aqueménida, hasta que éste fue conquistado por Alejandro Magno hacia 330 a.C. Alejandro atravesó Afganistán sometiéndolo temporalmente en su paso hacia la India. Tras la muerte del macedonio, la zona fue gobernada por el epígono Seleuco I Nikátor, de cuya época queda la influencia helenística que podía apreciarse en el arte antiguo afgano, fusionado con la influencia budista, antes de su destrucción generalizada por los talibán. De hecho, una minoría religiosa afgana, todavía venera a un dios llamado Sikánder, que volverá algún día.
Poco después, el territorio fue invadido por el rey Indio Chandragupta que estableció su dominio al menos nominal sobre Afganistán y favoreció la adopción del budismo por sus habitantes. La influencia helenística permaneció en el reino de Bactriana, al Norte del país.
Posteriormente, la región padeció sucesivas invasiones de nómadas "hunos blancos" y los intentos de la Persia sasánida de recuperar el antiguo dominio. En estas estaban cuando en el s.VII la expansión árabe alcanzó Afganistán, que fue conquistado y, a la larga, islamizado casi totalmente. Una vez islamizado el imperio persa y repuesto de la invasión árabe, recuperó el control (siempre relativo), posteriormente asumido por diversos caudillos turcos. A principios del s. XI, el sultán Mahmud de Ghazni se hizo con el poder y, bajo su reinado y el de sus sucesores, la cultura alcanzó cotas espléndidas que permanecen en la memoria de los eruditos. La propia Ghazni, hoy una ciudad semiarrasada por las guerras, era un centro de cultura con afamados jardines y su correspondiente guarnición de sabios y poetas.
Entre mediados del s. XII y principios del XIII, la dinastía Ghuri afgano-persa estaba extendiendo gradualmente su dominio hacia el norte de la India cuando la marea mongola de Gengis Khan alcanzó Afganistán, incorporándolo a su imperio universal. Es a partir de aquí cuando Afganistán trasciende su condición de límite nororiental del Imperio persa y ocupa un lugar central en el Asia unificada por Gengis, convirtiéndose en una región estratégica para las comunicaciones que permitía el imperio mongol entre Oriente y Occidente a través de la ruta de la seda.
Tras la muerte de los primeros gengísidas, Afganistán siguió la suerte de muchos otros territorios del imperio mongol, dividiéndose en pequeños reinos independientes en la práctica, aún reconociendo la soberanía nominal del Gran Khan, hasta que en el s. XIII, Tamerlán conquistó el norte y lo incorporó a su reino, con centro en Samarkanda y Bujara, en el actual Uzbekistán. Uno de sus sucesores, Babur, conquistó Kabul a comienzos del s. XVI e invadió la India, fundando el famoso imperio mongol y llevando el Islam a esas latitudes.
Al desplazarse el centro de gravedad del reino del "Gran Mongol" a la India, los persas safavidas por el oeste y los uzbekos por el norte, tuvieron en jaque Afganistán durante todo el s. XVI. A partir del s. XVII, los caudillos autóctonos afganos fueron aumentando su poder, llegando la tribu ghilzai a tomar la ciudad persa de Ispahan en 1722, provocando una reacción persa en toda regla y que en 1738 Nadir Shah restableciera la autoridad persa sobre todo Afganistán. Al ser asesinado Nadir en 1747, los jefes afganos eligieron a uno de ellos, Ahmed Shah, de la tribu abdalí, como Gobernante, conocido como Durri-i-Dauran. Durri conquistó el este de Persia, Beluchistán, Cachemira y parte del Punjab, pero, bajo sus descendientes, el reino fue declinando hasta la caída en 1818. Tras un caótico período de guerras, en 1826 Dost Muhammad Jan, miembro de una familia afgana importante, se apoderó del este de Afganistán, asumiendo el título de emir en 1835.
Dost Muhammad pidió ayuda a las autoridades británicas de la India para proteger su territorio en el Punjab, lo que fue rechazado por los británicos por el evidente motivo de que eran ellos quienes pretendían controlarlo. Entonces, se dirigió a los rusos, que a la sazón consolidaban su dominio sobre los territorios al norte del Amu Daria, los actuales Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. Comenzaba lo que Kipling denominaría el Gran Juego.
Tras la muerte de los primeros gengísidas, Afganistán siguió la suerte de muchos otros territorios del imperio mongol, dividiéndose en pequeños reinos independientes en la práctica, aún reconociendo la soberanía nominal del Gran Khan, hasta que en el s. XIII, Tamerlán conquistó el norte y lo incorporó a su reino, con centro en Samarkanda y Bujara, en el actual Uzbekistán. Uno de sus sucesores, Babur, conquistó Kabul a comienzos del s. XVI e invadió la India, fundando el famoso imperio mongol y llevando el Islam a esas latitudes.
Al desplazarse el centro de gravedad del reino del "Gran Mongol" a la India, los persas safavidas por el oeste y los uzbekos por el norte, tuvieron en jaque Afganistán durante todo el s. XVI. A partir del s. XVII, los caudillos autóctonos afganos fueron aumentando su poder, llegando la tribu ghilzai a tomar la ciudad persa de Ispahan en 1722, provocando una reacción persa en toda regla y que en 1738 Nadir Shah restableciera la autoridad persa sobre todo Afganistán. Al ser asesinado Nadir en 1747, los jefes afganos eligieron a uno de ellos, Ahmed Shah, de la tribu abdalí, como Gobernante, conocido como Durri-i-Dauran. Durri conquistó el este de Persia, Beluchistán, Cachemira y parte del Punjab, pero, bajo sus descendientes, el reino fue declinando hasta la caída en 1818. Tras un caótico período de guerras, en 1826 Dost Muhammad Jan, miembro de una familia afgana importante, se apoderó del este de Afganistán, asumiendo el título de emir en 1835.
Dost Muhammad pidió ayuda a las autoridades británicas de la India para proteger su territorio en el Punjab, lo que fue rechazado por los británicos por el evidente motivo de que eran ellos quienes pretendían controlarlo. Entonces, se dirigió a los rusos, que a la sazón consolidaban su dominio sobre los territorios al norte del Amu Daria, los actuales Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. Comenzaba lo que Kipling denominaría el Gran Juego.
El imperio zarista deseaba incrementar su influencia sobre Afganistán y contrarrestar el creciente e imparable dominio británico sobre la India, que irradiaba hacia el Norte. Temiendo que la influencia rusa interfiririese en la India, los británicos presentaron un ultimatum a Dost Muhammad para que expulsara a la delegación rusa de Kabul. Al negarse, invadieron Afganistán, dando lugar a la primera guerra afgana (1838-1842) Los invasores ocuparon Kandahar en abril de 1839, Ghazni en julio y Kabul en agosto. Los británicos colocaron en el trono a Shuja Shah, nieto de Ahmad Shah.
El 2/11/1841, Akbar Jan, hijo de Dost Muhammad se levantó en armas contra Shuja Shah y las guarniciones angloindias. A pesar de una expedición de castigo británica, los ocupantes abandonaron el país con graves pérdidas y Dost Muhammad recuperó el trono. La situación continuó muy tensa, hasta que en 1855 Dost Muhammad firmó un acuerdo de paz con el Gobernador británico de la India.
A la muerte de Dost Muhammad, en 1863, siguió la guerra por el poder entre sus hijos. Shere Alí Jan, el sucesor, adoptó una política favorable a Rusia para contrarrestar la influencia británica, lo que provocó un nuevo ultimatum del gobierno de la India, que fue rechazado. En noviembre de 1878, el ejército angloindio invadía nuevamente Afganistán, dando comienzo a la segunda guerra afgana (1878-79). Kabul fue ocupada en octubre de 1879, Yakub Jan, hijo y sucesor de Shere Alí Jan fue obligado a abdicar y, en 1880, Abdr-ar-Rahman Jan, nieto de Dost Muhammad ocupó el trono. Abdr-ar-Rahman confirmó la cesión a la India del paso de Khyber, puerta de entrada a Afganistán, y otros territorios. Durante su reinado, que duró hasta 1901, llegó a acuerdos fronterizos con el gobierno angloindio y con Rusia, creó un ejército permanente y mantuvo relativamente bajo control a los principales caudillos tribales. Fue en esa época cuando se estableció por los ingleses la frontera entre Afganistán y la India (actual Pakistán) en la línea Durand, que dividía arbitrariamente el Pashtunistán y a los pashtunes, y se fijó en el río Amu Daria la frontera con el imperio de los zares, dividiendo asimismo a los Uzbekos y Tayikos. Como es habitual, de aquellos polvos vienen estos lodos.
El 2/11/1841, Akbar Jan, hijo de Dost Muhammad se levantó en armas contra Shuja Shah y las guarniciones angloindias. A pesar de una expedición de castigo británica, los ocupantes abandonaron el país con graves pérdidas y Dost Muhammad recuperó el trono. La situación continuó muy tensa, hasta que en 1855 Dost Muhammad firmó un acuerdo de paz con el Gobernador británico de la India.
A la muerte de Dost Muhammad, en 1863, siguió la guerra por el poder entre sus hijos. Shere Alí Jan, el sucesor, adoptó una política favorable a Rusia para contrarrestar la influencia británica, lo que provocó un nuevo ultimatum del gobierno de la India, que fue rechazado. En noviembre de 1878, el ejército angloindio invadía nuevamente Afganistán, dando comienzo a la segunda guerra afgana (1878-79). Kabul fue ocupada en octubre de 1879, Yakub Jan, hijo y sucesor de Shere Alí Jan fue obligado a abdicar y, en 1880, Abdr-ar-Rahman Jan, nieto de Dost Muhammad ocupó el trono. Abdr-ar-Rahman confirmó la cesión a la India del paso de Khyber, puerta de entrada a Afganistán, y otros territorios. Durante su reinado, que duró hasta 1901, llegó a acuerdos fronterizos con el gobierno angloindio y con Rusia, creó un ejército permanente y mantuvo relativamente bajo control a los principales caudillos tribales. Fue en esa época cuando se estableció por los ingleses la frontera entre Afganistán y la India (actual Pakistán) en la línea Durand, que dividía arbitrariamente el Pashtunistán y a los pashtunes, y se fijó en el río Amu Daria la frontera con el imperio de los zares, dividiendo asimismo a los Uzbekos y Tayikos. Como es habitual, de aquellos polvos vienen estos lodos.
En 1907, reinando Habibullah-Jan, Rusia y el Reino Unido se comprometieron a respetar la integridad de Afganistán, reconociendo su independencia nominal, pero bajo la tutela británica que se atribuía sus relaciones exteriores. Pese a las presiones británicas, Habibullah mantuvo a Afganistán neutral en la Primera Guerra Mundial, siendo asesinado en 1919. Le sucedió su hermano Nasrullah Jan, que, a la semana, fue depuesto por la nobleza, colocando en el trono a Amanullah Jan, hijo de Habibullah.
Amanullah declaró la guerra a Gran Bretaña en mayo de 1919 (tercera guerra afgana) Los británicos, debilitados por la gran guerra y enfrentados al creciente movimiento de liberación indio, firmaron en agosto un tratado de paz con Afganistán. El Reino Unido reconocía la independencia de Afganistán. En 1926, Amanullah cambió el título de emir por el de rey de Afganistán.
El primer país en reconocer a Afganistán, fue la Unión Soviética, que brindó su apoyo al gobierno afgano. En seguida, Mustafá Kemal, nuevo gobernante de Turquía, incluyó a Afganistán en el eje que pretendía crear junto con Persia, lo que coadyuvó a los intentos reformadores de Amanullah. Éste instauró en 1923 un régimen constitucional, con un parlamento que pretendía sustituir a las asambleas tribales, abolió los títulos de nobleza e inició un programa de reformas entre las que se incluía la educación de las mujeres y un ejército permanente al modo occidental.
La reacción contra las reformas, encabezada por los mulás fue creciendo, hasta que en 1929 se produjo el levantamiento generalizado. Amanullah abdicó y se exilió. Le sucedió su hermano Inayatullah, destronado a los pocos días por el caudillo rebelde Bacha Sakau. Nadir Shah, tío de Amanullah, con ayuda de un ejército tribal, derrotó a los rebeldes, ejecutó a Bacha Sakau y se hizo con el poder.
Nadir Shah devolvió paulatinamente el orden y en 1932 inició un programa de reformas económicas, siendo asesinado -claro- al año siguiente. Le sucedió su hijo, Zahir Shah, de 19 años, (que es el vejete que los americanos se llevaron de vuelta a Afganistán en 2002 para dar una apariencia de legitimidad a la convocatoria de la gran asamblea de notables).
Zahir fue dominado por sus parientes, que en los años 30 continuaron el programa de reformas e hicieron derivar al país hacia la órbita del Eje, firmando acuerdos con Alemania, Italia y Japón. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Afganistán se declaró neutral, pero manteniendo las simpatías por el Eje, hasta que en 1941, Gran Bretaña y la Unión Soviética le obligaron a expulsar a los numerosos agentes alemanes e italianos presentes en el país.
En 1942, los Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas con Afganistán y en 1946, el país ingresó en la recién creada ONU. Tras la independencia de la India y su división entre India y Pakistán, el gobierno afgano reclamó un plebiscito en las zonas tribales de mayoría pashtún (donde ahora se supone que acampa la cúpula de al-Quaeda) sobre su adhesión a Pakistán o a Afganistán. Dicho plebiscito fue rechazado por el nuevo gobierno pakistaní, produciéndose frecuentes enfrentamientos armados entre las tribus pashtunes y el ejército pakistaní. Estos choques se recrudecieron a partir de 1949, al crearse con apoyo afgano un movimiento en pro de un Pashtunistán independiente.
El apoyo estadounidense a Pakistán, tratando de contrapesar la influencia regional de una India nada proclive a alinearse con Occidente en la Guerra Fría, causó cada vez más inquietud en Afganistán, hasta que la firma de un tratado militar entre Pakistán y los Estados Unidos, en 1954, llevó a Afganistán a alinearse con la Unión Soviética, lo que se escenificó con la visita del primer ministro soviético Bulganin y el apoyo de la URSS al eventual estado de Pashtunistán. El gobierno soviético incrementó su apoyo técnico y económico.
A fines de los 50, las relaciones entre Pakistán y Afganistán mejoraron por un tiempo, pero en 1961 estalló la cuestión de Pashtunistán y las relaciones se rompieron hasta 1967. En 1963, el rey Zahir asumió personalmente el poder, apartando a su primo Muhammad Daud, que llevaba 10 años ejerciendo de "Gran visir". En 1964 promulgó una Constitución que incluía algunas reformas liberales, como la elección del parlamento y una prensa relativamente libre.
La desastrosa situación del país se vio llevada al límite por una sequía de tres años, siendo preciso el envío de ayuda humanitaria, especialmente por la Unión Soviética, Estados Unidos y China, no obstante lo cual, murieron de hambre unos 80.000 afganos. En 1973, Muhammad Daud dio un golpe de Estado, mandó al exilio al rey Zahir, y proclamó la República. En 1977 se aprobó una nueva constitución. Se mantuvo la ayuda soviética. Fue en esta época -1978- cuando los soviéticos construyeron el famoso túnel de Salang, que atraviesa el Hindukush mejorando la comunicación por carretera entre el Norte y el Sur del país. (y mejorando la eventual ruta de invasión) El rechazo a la línea Durand se endureció y provocó una nueva ruptura de relaciones con Pakistán. Se cerró la frontera y Afganistán quedó aún más dependiente de la Unión Soviética.
En 1978, se produjo un golpe de Estado dirigido por los comunistas y Daud fue ejecutado. Muhammad Taraki, líder del partido Parcham, se puso al frente de un Consejo Revolucionario, siendo sustituido por Afizullah Amin, del partido Jalq, ambos comunistas. El gobierno "revolucionario" inició un programa de reformas económicas y sociales basado en el así llamado socialismo científico que incluía -otra vez- la educación laica incluso de las niñas, lo que provocó inmediatamente la rebelión de las tribus y la llamada a la yihad por los mulás.
El régimen se endureció cada vez más, incrementando de la represión y ejecución de los oponentes. A pesar de la presencia de asesores militares soviéticos, el ejército se desintegraba a marchas forzadas. Taraki fue asesinado, probablemente por orden de Hafizulah Amin, que pidió la intervención soviética para salvar su gobierno.
Amin fue ejecutado en diciembre de 1979, al poco de aparecer los soviéticos. Según unas versiones, por los rusos adrede, por los rusos por error durante el asalto al palacio presidencial, por sus guardaespaldas por error, por sus guardaespaldas adrede. Aún no se sabe a ciencia cierta, ni se sabrá probablemente, ¿a quién le importa?
El 24/12/1979 se inició la intervención soviética a gran escala. El 27 se anunció públicamente que "el represor Amin" había sido ejecutado. Brabak Karmal, del partido de Taraki y ex-ministro, fue designado nuevo presidente de Afganistán.
Hacia el 10/01/1980, a los 15 días, estaban desplegadas en Afganistán 5 divisiones soviéticas: 105 aerotransportada - Kabul / 66ª Brigada de fusileros motorizados en Herat / 357ª de Fusileros motorizados en Kandahar / 16ª de Fusileros motorizados entre Badajshan, Tajar y Samangan y 306ª Motorizada en Kabul.
A fines de los 50, las relaciones entre Pakistán y Afganistán mejoraron por un tiempo, pero en 1961 estalló la cuestión de Pashtunistán y las relaciones se rompieron hasta 1967. En 1963, el rey Zahir asumió personalmente el poder, apartando a su primo Muhammad Daud, que llevaba 10 años ejerciendo de "Gran visir". En 1964 promulgó una Constitución que incluía algunas reformas liberales, como la elección del parlamento y una prensa relativamente libre.
La desastrosa situación del país se vio llevada al límite por una sequía de tres años, siendo preciso el envío de ayuda humanitaria, especialmente por la Unión Soviética, Estados Unidos y China, no obstante lo cual, murieron de hambre unos 80.000 afganos. En 1973, Muhammad Daud dio un golpe de Estado, mandó al exilio al rey Zahir, y proclamó la República. En 1977 se aprobó una nueva constitución. Se mantuvo la ayuda soviética. Fue en esta época -1978- cuando los soviéticos construyeron el famoso túnel de Salang, que atraviesa el Hindukush mejorando la comunicación por carretera entre el Norte y el Sur del país. (y mejorando la eventual ruta de invasión) El rechazo a la línea Durand se endureció y provocó una nueva ruptura de relaciones con Pakistán. Se cerró la frontera y Afganistán quedó aún más dependiente de la Unión Soviética.
En 1978, se produjo un golpe de Estado dirigido por los comunistas y Daud fue ejecutado. Muhammad Taraki, líder del partido Parcham, se puso al frente de un Consejo Revolucionario, siendo sustituido por Afizullah Amin, del partido Jalq, ambos comunistas. El gobierno "revolucionario" inició un programa de reformas económicas y sociales basado en el así llamado socialismo científico que incluía -otra vez- la educación laica incluso de las niñas, lo que provocó inmediatamente la rebelión de las tribus y la llamada a la yihad por los mulás.
El régimen se endureció cada vez más, incrementando de la represión y ejecución de los oponentes. A pesar de la presencia de asesores militares soviéticos, el ejército se desintegraba a marchas forzadas. Taraki fue asesinado, probablemente por orden de Hafizulah Amin, que pidió la intervención soviética para salvar su gobierno.
Amin fue ejecutado en diciembre de 1979, al poco de aparecer los soviéticos. Según unas versiones, por los rusos adrede, por los rusos por error durante el asalto al palacio presidencial, por sus guardaespaldas por error, por sus guardaespaldas adrede. Aún no se sabe a ciencia cierta, ni se sabrá probablemente, ¿a quién le importa?
El 24/12/1979 se inició la intervención soviética a gran escala. El 27 se anunció públicamente que "el represor Amin" había sido ejecutado. Brabak Karmal, del partido de Taraki y ex-ministro, fue designado nuevo presidente de Afganistán.
Hacia el 10/01/1980, a los 15 días, estaban desplegadas en Afganistán 5 divisiones soviéticas: 105 aerotransportada - Kabul / 66ª Brigada de fusileros motorizados en Herat / 357ª de Fusileros motorizados en Kandahar / 16ª de Fusileros motorizados entre Badajshan, Tajar y Samangan y 306ª Motorizada en Kabul.
Continúa en Afganistán (II)