27/6/09

Gomorrra




Estos días por fin me he leído Gomorra, el famoso libro de Roberto Saviano
sobre la Camorra napolitana. Estoy sorprendido. El auge mediático del libro,
sobre todo después de la película, entra en la mecánica del mercado; pero el
entusiasmo de gente cercana a mí, incluida la amiga que me lo ha prestado,
me asombra. Resulta que no tienen claro en qué mundo viven. Como decía
uno de mis camellos predilectos, llevan toda la vida en el Oeste y no conocen a
Buffalo Bill.

Yo esperaba algo importante, al estilo de Bob Woodward o John Fisk, o incluso
Loreta Napoleoni; pero qué va, qué va... No hay nada en la obra que no haya
salido en los periódicos o en las sentencias de los procesos antimafia que,
imagino, en Italia estarán disponibles en internet, igual que en España (con
cualquier sentencia de la Audiencia Nacional sobre la mafia rusa o el terrorismo
yihadista podría escribirse una novela del copón). Creo que en el libro no se
menciona un sólo nombre de camorrista que no esté en la cárcel o muerto, así
que las amenazas de muerte no entiendo a qué obedecen, tanto más cuanto
que al parecer la venta de CD piratas de la película ha proporcionado
interesantes ingresos a la Camorra.

El libro es deslavazado, atravesado de reflexiones personales del autor para
excitar el ánimo del lector sin terminar de concretar nada sobre el
funcionamiento concreto del "Sistema", la relación entre negocios legales e
ilegales, el blanqueo de capitales, la corrupción política y administrativa... se
mencionan, hay referencias continuas, pero sin explicar nada. El objetivo del
libro, más que informar, es facilitar sensaciones y para eso lo propio habría sido
escribir una novela.

El último capítulo, que parece un añadido de última hora, sobre el mercado de
los residuos, aunque da algunos datos interesantes aunque muy generales, es
un ejemplo del estilo hiperbólico del autor:

"Si los desechos que escapan al control oficial -según estimaciones de la
asociación ecologista Legambiente- se unieran en un solo montón, su conjunto
formaría una cordillera de catorce millones de toneladas: prácticamente como
una montaña de 14.600 metros de altura con una base de tres hectáreas.
Pénsese que el Mont Blanc tiene 4.810 metros y el Everest, 8.844, de modo
que esa montaña de residuos que han escapado a los registros oficiales sería
la mayor existente en toda la tierra."

¿Por qué una base de tres hectáreas? ¿El Everest tiene tres hectáreas de
base? Yo soy así, no me imaginé una montaña como dos Evereses, sino una
tambaleante columna de unos 170 metros de lado por 14 kilómetros de altura.

Dato: al igual que se escandaliza de que un pobre capo haya amasado merced
a su actividad delincuencial la inenarrable fortuna de ¡35 millones de euros!
(angelito):

Vertedero comarcal de la Vega Baja del Segura:

Residuos urbanos: 327.000 toneladas/año.
Residuos de la construcción: 57.000 toneladas/año.
Residuos voluminosos: 7.300 toneladas/año.

Una obra tan "documentada" llama AK-47 a todo chisme derivado del invento
de Kalashnikov. Mejor llamarlo cuerno de chivo. En internet están disponibles
todas las versiones para reconocer los materiales y, entre otras cosas, su lugar
de fabricación, algo la mar de interesante para seguir el rastro desde su origen
hasta el usuario final. Así se descubrieron los manejos de los servicios secretos
franceses para armar de tapadillo al ejército ruandés que estaba cometiendo el
genocidio tutsi ya antes del 94, aunque, obviamente, nadie ha hecho una
pelicula sobre eso. Fíjate, qué lástima de oportunidad perdida. En cambio, ya
se sabe: los arsenales abandonados a su suerte de los países del Este ¿De
qué países, qué arsenales, cómo se consiguen las armas, cómo llegan a
Nápoles?

La Camorra está en el negocio de las armas, pero sólo aparece como
vendedora. Así, la Camorra adquiere carros Leopard del ejército de Alemania
Oriental para vendérselos a Arkan, el señor de la guerra serbio durante el
conflicto balcánico. Primera noticia que tengo. Si me dices T-72, vale, pero
ignoraba que el ejército de la RDA tenía Leopard. Eso sí: los carros iban
desmontados. Da la impresión de que tú coges un carro de combate de 50 o 60
toneladas y lo desmontas como si fuera un CETME para pasar la aduana. Me
gustaría que explicara el procedimiento ¿lo cortaron en trozos con una lanza
térmica y luego pensaban volver a soldarlo? Este tipo de cosas abonan la
impresión de charlas de bar no confirmadas.

Lo de probar el corte de la droga en los yonkis no te vayas a cargar a algún
cliente, era una práctica tan extendida en Madrid que me sorprende que
alguien se sorprenda de ello a estas alturas y, cuando trata sobre la distribución
de sustancias al por menor, me da la impresión de que ese hombre no se ha
fumado un porro en su vida. Parece haberse inspirado directamente en los
folletos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (que, por cierto, la
propia FAD ha comprendido que no sirven para nada)

Los talleres donde se confeccionan las vestimentas de la alta costura italiana...
¿Acaso alguien pensaba que se cosían en fábricas versallescas por modistos
vestidos de etiqueta? El mercado. Punto. ¿Quién es responsable, la Camorra,
Versace o el estado italiano?

La impresión general que queda (no digo que sea la realidad, digo que es la
impresión que me ha dejado a mí) es que los camorristas son una amalgama
de aficionados que hacen el trabajo sucio a las grandes empresas, a las de
verdad y que, como por esos lares el Estado no existe salvo en forma de
Carabinieri, la única que consigue algún tipo de trabajo a la gente es la
Camorra y por eso existe.

Lo único que son tan primarios que son muchos y se dedican a darse
puñetazos en el tórax y a pelearse entre sí a tiros en lugar de centrarse en el
negocio. Si al final el autor se viene a vivir a España, podrá ver cómo trabajan
los profesionales en un país civilizado. Todo ordenado, pocas familias,
respetables, y los tiros (de plomo) como último, último último recurso. Y todo
legal, joder, como debe ser.