23/2/11

Magreb-Machrek 2011: Primer cambio visible.

 

fragata irani

Esta es la foto que todos los think tanks querían evitar

 

En efecto. Nada menos que la marina de guerra iraní atravesando el canal de Suez. Hasta hace cuatro días, resulta que no podía y ahora, allá que van una fragata y un buque logístico a hacer maniobras con los sirios y destruir el equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo (pronunciar con voz tenebrosa). Por evitar fotos como esta, Jimmy Carter convenció a Sadat para que Egipto cambiara de bando y se ayudó a Mubarak a mantenerse en el poder todo este tiempo. Imagino que la apertura del canal a la libre circulación es un mensaje de la Junta militar egipcia al mundo que pretende decir: “Atención, somos independientes”. Incluso: “atención, somos independientes, ¿quién da más?”

Mientras tanto, los empleados de banca gobernantes de la Unión Europea, siguen haciendo vaporosas declaraciones sin que sus ¿tanques mentales? les proporcionen una idea de qué hacer. Aunque ya van apareciendo cada vez más artículos de opinión que  nos alertan básicamente de a) el peligro que supondría para el mundo libre que los árabes metieran en la cárcel a los torturadores responsables de sus servicios de inteligencia según los vayan deponiendo, y que Al Qaeda y los islamistas tomarán el poder (o “aumentarán su influencia”). y b) de las ingentes oleadas de inmigrantes ilegales que nos acechan. Eso sí, también mientras tanto, por lo menos sube el precio del petróleo para compensar tales desmanes.

La relativa contención, si es que la podemos llamar así, que ha permitido en Túnez o Egipto limitar las cifras de muertos a unos pocos cientos, ha desaparecido cuando –eso no se lo esperaba nadie- los que han decidido salir a la calle han sido los libios. De repente, han vuelto a las primeras páginas nombres de resonancias épicas: Tobruk, Sollum, Bengasi… Y ese amable, aunque algo estrafalario personaje que parecía un indigente sometido a experimentos con bótox y luego abandonado en la calle vestido de majorette; ese que era recibido con sonrisas imbéciles por los políticos del mundo libre para hacer negocios con él y regalaba caballos de pura raza a los presidentes del gobierno, bombardea a los libios y sale en la tele para decir que los cazará como cucarachas, casa por casa.

Berlusconi redescubrió los lazos con la antigua colonia italiana y –hombre pragmático- se dijo que era una estupidez perder el negocio porque al tipo ese le gustara disfrazarse de beduino. (Bueno, sí, y poner bombas en los aviones; pero al fin y al cabo, antes se las había tirado Reagan a él). Así que Gadafi soltó unos milloncejos para dar a los ingleses la excusa que pedían para olvidar lo de Lockerbie y pelillos  a la mar. El supervillano que financiaba el terrorismo y era terrorista él mismo, se convirtió de la noche a la mañana (a pesar de su aspecto) en un estadista. Y acampó entre nosotros.

Y ahora vuelve a ser el malo de siempre, pillando a todo el mundo a contrapelo. Nadie reacciona, y esa inanidad de occidente no va a servir precisamente para mejorar la opinión que tienen por ahí de nosotros. Claro que, por otra parte, teniendo en cuenta que intervenir suele consistir en producir mayores matanzas de las que se pretendía evitar, casi es mejor así. Si los libios consiguen librarse ellos solos, (o con ayuda de Egipto, pongo por caso) del muñeco diabólico, será mucho mejor para ellos.

21/2/11

El Mar Negro centro de interés internacional.

Por Wolf Schmalfuss

ADLER PORTADA BUENO

Este artículo fue publicado en el número 21 (21 de octubre de 1941) de la revista de la Luftwaffe, Adler, edición en Español. Es decir, en plena Operación Barbarroja, cuando Alemania iba ganando la Segunda Guerra Mundial en todos los frentes. Lo tenía por ahí y, como cuenta algunas cosas curiosas, sobre la cuestión de los Estrechos, y Turquía después de la Primera Guerra Mundial (hasta nos recuerda que Alemania tenía aliados en la SGM), lo transcribo aquí. Ya sabéis que me gusta situarme en esos momentos del pasado en los que aún no se sabía lo que deparaba el futuro. El principio es un poco pesado, pero he preferido colgarlo entero.

No hay que dejarse engañar por el nombre: las aguas del Mar Negro son tan reverberantes y del mismo intenso color azul que las del Mediterráneo. ¡Como podría ser de otra forma, si sus aguas, no tan calientes y menos saladas, tienen un origen netamente mediterráneo! Por lo demás ya los antiguos Griegos tergiversaron la verdad, cambiando el nombre originario del Mar Negro: Pontos Axeinos (Mar inhospitalario) en Pontos Euxeinos, es decir, “Mar Hospitalario”.

Aunque los sabios aún no están de acuerdo hoy día, el hecho de que el fondo de las orillas de este mar interior, segundo en importancia en el mundo, sea de color obscuro por contener un elevado porcentaje de sulfito de hierro, fué sin duda la causa que indujo a dar un nombre tan equivocado y sombrío a este Mar del Sur. La tierra negra fértil y poseedora de ricos tesoros atrajo ya a los pueblos de la antigüedad, a los cuales durante las grandes emigraciones de los pueblos, siguieron las tribus asiáticas, eslavas, semitas y germanas, así es que hoy día, por ejemplo, existe en el Caucaso una verdadera Torre de Babel de razas y lenguas. Con una superficie de 424.000 kilómetros cuadrados, sobrepasa el Mar Negro al Mar Báltico que tiene 400.000. Como comunicación marítima entre Europa y Asia, así como brazo más oriental del Mediterráneo, el Mar Negro ha sido siempre desde los mas remotos tiempos, un centro de acontecimientos políticos, es decir en primer lugar no el Mar Negro propiamente dicho, sino su “Corredor al Mediterráneo: los Dardanelos, el Mar Mármara y el Bósforo. Bajo el nombre colectivo “Los Estrechos” o solamente los “Dardanelos”, las problemas del Mar Negro influenciaron los planes y agitaron hasta nuestros días las ideas y pensamientos de los políticos y estrategas.

Entre Oriente y Occidente

Ya en la antigüedad iba unido con las mas bellas leyendas y fábulas el nombre de los Estrechos, que por aquel entonces llamábanse “Hellespont” porque Helle la hija de los Argonautas, huyendo con su hermano Phrixos sobre el lomo del cordero con el vellón de oro, porque su malvada suegra amenazaba su vida, cayó y se ahogó en aquellas aguas. También cuenta la leyenda que Hekuba, esposa del rey troyano Priamos y madre del gran guerrero Hector muerto por Aquiles, fue transformada en perra. El “Hellespont” fué también escenario del drama de Grillparzer que enaltece los amores de Hero y Leandro y muchos siglos mas tarde, el famoso poeta británico y palad´paladín de la libertad de Grecia, Lord Byron intentó imitar el clásico ejemplo del desgraciado enamorado Leandro atravesando a nado el estrecho entre Europa y Asia.

El nombre Dardanelos procede del rey troyano Dárdanos. Durante las guerras Persas el rey Jerjes tendió aquí su famoso puente doble con objeto de hacer pasar su poderoso ejército a Grecia y Tracia. También los guerreros del Gran Alejandro marcharon en dirección opuesta desde Macedonia atravesando los Dardanelos para iniciar sus grandes conquistas en Asia. El Imperio Bizantino fué el que se estableció más tarde entre Oriente y Occidente. Durante siglos dominó en los Estrechos hasta que hicieron su aparición los primeros barcos otomanos en el Mar Negro, llegaron los Conquistadores turcos procedentes de tierras asiáticas y crearon después de encarnizadas luchas la capital  de Bizancio, más tarde Constantinopla, [sic] hollando así tierra europea. Durante varios siglos volvió a ser muy disputado el dominio sobre los Dardanelos. Los Turcos extendieron incluso sus conquistas hasta el corazón de Europa. Ningún Estado del Occidente hubiera podido atreverse a proceder contra esta Gran Potencia Oriental y menos aun atacar la puerta entre el Mediterráneo y el Mar Negro. El invento de la pólvora y el cañón que inició el Tiempo Moderno fué también de importancia decisiva para los Dardanelos. Desde entonces llegó a ser infranqueable para toda flota agresora. Este paso marítimo de 65 kilómetros de longitud y anchura media de 5 a 6 kilómetros –1,9 kilómetros en su lugar mas estrecho- que sale del Mar Egeo y desemboca en el Mar Mármara de 200 kilómetros de longitud y 75 de anchura para pasar después al Mar Negro por el Bósforo, que tiene 28 kilómetros de longitud y sólo de 160 a 3.300 metros de anchura, entre Constantinopla en la orilla europea y Escutari sobre la orilla asiática.

MAPA

Los cañones turcos y los sistemas de fortificaciones en estas zonas podrían actualmente pulverizar cualquier enemigo. Así fué creado aquí, especialmente después de la construcción del Canal de Suez, una especie de pistola que apunta sobre “Las Vías respiratorias” del Imperio Británico y cuya culata la tiene aquel que posee los Dardanelos. Por lo tanto no es extraño que Londres haya hecho todo lo posible para tener prisionero en el Mar Negro y apartarle de Constantinopla al gran rival de la Potencia Rusa. Por otro lado no fué mas fácil para los turcos seguir una política de rodeo para con los dos partidos. Así Bizancio en el Tiempo Moderno ha llegado a ser plataforma giratoria de la política universal. Ya en 1809 Inglaterra hizo prometer a Turquía tener cerrado los estrechos para barcos de guerra de cualquier país, y con esto se refería especialmente a los rusos. En 1833 consiguió Rusia obtener del Sultán el derecho de paso, pero en 1840 Inglaterra volvió a obligar a Rusia a renunciar a este paso libre. El Congreso de París de 1856 confirmó de nuevo el principio de cierre de los Dardanelos e Inglaterra impuso incluso la neutralización del Mar Negro. En 1870 Rusia consiguió por lo menos la suspensión de esta neutralización, pero continuó prohibiendo el paso de barcos de guerra por los Dardanelos. Este arreglo subsistió en líneas generales hasta la guerra mundial. Mientras que hasta entonces habían bastado medios diplomáticos para solucionar los problemas políticos de esta plataforma giratoria, ahora, después de haberse unido los antiguos competidores para romper la barrera Berlín – Bagdad y cercar a Alemania floreciente, fué hecha por primera vez la tentativa de conquistar por la fuerza el dominio de los Dardanelos. Todos recordamos aún las hazañas heroicas de los cruceros alemanes “Göben” y “Breslau” así como los temerarios marineros que fueron mandados en socorro de los turcos, sus valientes hermanos de armas. El inmutable criminal de guerra Winston Churchill tuvo que convencerse ya por aquel entonces de que en la guerra no decide la superioridad numérica de las armas sino el espíritu combativo del que las maneja. Como Ministro de Marina inglés fué entonces el responsable de la aventura de Galípoli, tan sangrienta e infructuosa para los aliados. Los Dardanelos quedaron en manos turcas aunque si hubieran sido atacados por un adversario tan heroico como lo fueron los defensores germano-turcos, muy inferiores en número, sus fortificaciones completamente insuficientes y anticuadas no hubieran podido resistir la avalancha enemiga. No fué por lo tanto ningún capricho del creador de la nueva Turquía cuando, después del derrumbamiento del Imperio otomano provocado por Inglaterra, se trasladó el centro del Estado Moderno a la ciudad de Anatolia (Angora) para cambiar más tarde su nombre por el de Ankara. “Vivimos en un campamento y este es nuestro cuartel general. Aquí nos quedaremos porque en Constantinopla mandan los cañones de los barcos de guerra de las potencias extranjeras” así declaró en aquel día memorable el general Mustafá Kemal Bajá, quien como genial estadista y atrevido estratega eliminó punto por punto las consecuencias e intrigas del vergonzoso dictado de paz de Sèvres, conquistando inmortal gloria que se reflejó en la denominación que recibió de “Atatürk”, “padre de los turcos”.

Desde Losanna a Montreux

Fué fácil venganza contra un indefenso cuando las potencias victoriosas de Versalles dispusieron en el Convenio de Losanna del 4 de julio de 1923 que fueran desmilitarizados y puestos bajo vigilancia de una “Comisión Internacional de los Estrechos”, los dos estrechos de los Dardanelos y el Bósforo en una anchura de 15 hasta 20 kilómetros, así como las aguas entre ambos y de las islas de Samotrhrake, Lemnos, Imbros y Tenedos, situadas ante los Dardanelos. Tuvieron que ser destruídas  todas las fortificaciones. Se prohibió a Turquía el sostener fuerzas armadas terrestres excepto policía, gendarmería y una guarnición de 12.000 soldados en Constantinopla, y una pequeña flota y tomar cualquier medida que pudiera impedir el libre paso por los estrechos. A las potencias firmantes del Convenio se les concedió el derecho de paso por los estrechos sólo de fuerzas navales equivalentes a la potencia naval del más importante estado a orillas del Mar Negro (Rusia Soviética), pero por lo menos tres barcos de guerra de hasta 10.000 toneladas. Submarinos solo podían pasar los estrechos navegando sobre la superficie y todas las unidades navales podían permanecer en estas aguas solamente el tiempo necesario para su paso.

De ninguna manera se debía poner trabas al tráfico de barcos mercantes ni en caso de guerra. Es muy interesante el hecho de que el entonces comisario bolchevique del Exterior, Chicherin, mostrara ser más turco que los mismos turcos en la cuestión de los estrechos al declarar entre otras cosas lo siguiente: “La seguridad de la paz tanto en el Mar Negro como en el Cercano Oriente debe ser llevada a cabo con garantías firmes y esto quiere decir que los Dardanelos y el Bósforo deben quedar contínuamente cerrados lo mismo en tiempos de paz como de guerra, tanto para barcos de guerra como para aviones. El Gobierno de la Unión Soviética insiste en que se ponga al Gobierno turco en condiciones de fortificar las orillas de los Estrechos y el Mar de Mármara, que disponga de una flota de guerra y pueda emplear para la defensa todos los medios de la t´técnica moderna … Basta recordar la ocupación de Odessa, Nikolajew, Cherson, Sewastopol, Batum y otros puertos del Mar Negro por los Aliados. El mero hecho de que las fuerzas navales de los Aliados podían pasar los Estrechos posibilitó la ayuda de los ejércitos de Denikin y Wrangel en el Sur de nuestro país, en su lucha contra los gobiernos de Rusia y de sus aliados (la república ucraniana, ucrisinia y las demás repúblicas soviéticas)”. Esta protesta por cierto no dió resultado, pero su argumentación fué entonces para los ingleses tan molesta como lo debe ser también hoy para los bolcheviques. En tenaz lucha diplomática a favor de la reconquista de su plena soberanía consiguió por fin la nueva Turquía alcanzar nuevo Estatuto de los Estrechos en la Conferencia de Montreux a fines de junio de 1936, debido al restablecimiento de la soberanía militar alemana, considerada como muy temible por las Potencias Occidentales, a la remilitarización de toda la Renania y al fracaso anglo-francés en Abisinia. De acuerdo con el convenio de Montreux, Turquía, en caso de guerra, tiene el derecho de permitir, mediante un pacto o convenio de ayuda, el paso en ambas direcciones a barcos de aquellas naciones beligerantes que a base de las “disposiciones de la Sociedad de las Naciones” emprendan una acción o, presten servicio a un Estado aliado de Turquía. Por lo demás, de acuerdo con una proposición anexa soviética queda prohibido el paso de los Estrechos a barcos de guerra o barcos auxiliares de toda Nación en guerra. Las disposiciones correspondientes del “Convenio de los Estrechos” ya citado quedaron con esto anuladas y de esta forma se permitió así nuevamente la fortificación de este paso marítimo.

Esta aparente liberalidad frente a Turquía de las potencias de Versalles –ante todo de Inglaterra- fué motivada por la creación del Eje Berlin-Roma que se firmó en aquellos tiempos. Londres creyó haber comprado entonces la leal adhesión de Ankara porque como compensación impuso en otoño de 1939 el “Pacto de Ankara” que debía comprometer a Turquía a formar parte del frente de acorralamiento anglo-francés. Las concesiones británicas en Montreux para con los bolcheviques se realizaron ya desde el punto de vista de la antigua amistad entre Moscú y Ankara que podía cuajar muy bien como valiosa base en el futuro “paisaje de guerra” de Londres. Pero también en este caso los Estadistas ingleses no contaron con el Führer, porque la guerra desencadenada por fin por Inglaterra el día 3 de septiembre de 1939 se desarrolla en todos los terrenos de forma tan distinta a la que creyó la Gran Bretaña que Turquía volvió a recordar las siempre desinteresadas y fructuosas relaciones amistosas así como la vieja y gloriosa fraternidad de armas con Alemania concertando el día 18 de junio de 1941 un convenio de amistad con el Reich. Lo acertado de esta decisión de Ankara quedó evidenciado por el impresionante llamamiento del Führer hecho el día 22 de junio 1941 cuando el victorioso ejército alemán con sus valientes aliados inició un ataque contra el peligro universal bolchevique, en un imponente frente desde el Oceano Glacial Artico hasta el Mar Negro: Moscú en su delirio de revolución universal había intentado poner también bajo su dominio los Estrechos Turcos! Así es que mientras Hitler lucha por los intereses vitales de Turquía, Churchill, con su monstruosa alianza con los bolcheviques hizo traición a su supuesto amigo de Ankara al igual que a todos aquellos pueblos europeos y asiáticos, aliados antes con Inglaterra.

BOMBARDEO

Mar Negro” Rojo

Para la marina de guerra y aviación soviéticas, en el teatro de operaciones del Mar Negro no se trata tan solo de la defensa de sus puertos, posiciones costeras, bases aéreas y las posibilidades de operación de sus unidades combativas, sinó también de sostener el más corto camino de aprovisionamiento desde Transcaucasia. No es por lo tanto extraño que el Gobierno bolchevique pusiera desde un bien principio la flota del Mar Negro bajo las órdenes de un Comisario propio y dedicara mayor atención a aumentar sus efectivos dentro del margen de sus sistemáticos preparativos bélicos. Así, al iniciarse la ofensiva germana del Este el Alto Mando naval soviético disponía en Sewastopol del acorazado “Parisschkaja Pommuna”, de 4 cruceros de 6 a 8.000 toneladas y de otras dos construcciones del tipo “Kirow” (9.000 toneladas), así como de tres barcos insignia, cada uno de ellos de 3.000 toneladas.  Hasta fines del año 1941, el número de buques “tipo flotilla” debía ser aumentado a 10 barcos. 10 de los 15 destructores eran del tipo moderno así como los 3 torpederos de 740 toneladas cada uno. Disponía la escuadra del Mar Negro de 12 submarinos de 1.000 toneladas cada uno, de 15 medianos y de 11 pequeños. Completaban la escuadra 4 minadores, 13 dragaminas, y cerca de 100 lanchas rápidas. A estas cifras hay que añadir también aviones de mar y tierra, así como barcos de guerra auxiliares y de transporte de tropas cuyo número se ignora. De todos modos los bolcheviques tuvieron en cuenta la importancia militar, económica y política del Mar Negro, hecho que demostró también la conquista del más fuerte baluarte naval ucraniano de Nikolajew, donde cayó en manos de nuestros soldados junto con algunos destructores y cruceros un acorazado en construcción de 35.000 toneladas de desplazamiento. Entretanto las experimentadas formaciones de la aviación alemana, eficazmente apoyadas por el arma aérea rumana, aliada, y por las unidades navales germano-rumanas, diezmaron ya considerablemente las fuerzas soviéticas del Mar Negro. Una huída de la flota bolchevique de aquel mar es imposible por completo a causa de la barrera búlgaro-rumano-germana, de los Estrechos, cerrados y por el dominio del Mar Egeo por las potencias del Eje. Su suerte se decidirá por lo tanto en el Mar Negro del Sur, con matemática exactitud al igual que en aguas del Báltico y del Mar Artico.

Las riquezas de la “Tierra Negra”

Aquí, donde antiguamente sobre tierras tan fértiles, predominaba una estepa ilimitada e incultivada, y donde un favorito de la Emperatriz Catalina II llegó a mostrarle a esta última sus ya famosas “aldeas de Potemkin”, los colonizadores de Suavia, en buena armonía y colaboración con el diligente pueblo ucraniano, crearon desde principios del siglo XIX el más importante granero de Europa. Ya en el año 1894, esta región de “Nueva Rusia” –como la llamaba Catalina II, a estas estepas conquistadas del Chan de los tártaros de Crimea (vasallo de Sultán de Constantinopla)- fué dotada de un puerto en el Mar Negro Odessa. Con el creciente florecimiento del Hinterland este puerto se desarrolló con mucha rapidez en particular después de la construcción de una red ferroviaria en los años anteriores y posteriores a 1880. Sus playas ribeteándose de una preciosa cadena de lujosas villas y balnearios al estilo occidental. En la península de Crimea, la Riviera rusa, extraordinariamente favorecida por el clima y la agricultura, de fama mundial por sus villas así como las costas del Mar de Azow que, con sus 37.000 kilómetros cuadrados de superficie es un importante mar, ramificación del Mar Negro, se desarrollaron simultáneamente Sewastopol, Kertsch y Rostow, centros comerciales de gran importancia y bases militares juntamente con lujosos balnearios y se llegó a formar una de las regiones más bellas de que dispone el gigantesco imperio ruso. Livadia, en la península de Crimea con sus lujosos palacios blancos era la residencia veraniega de los zares. Al Norte del Mar de Azow, entre Rostow y Charkow, tiene su centro una importante industria siderúrgica creada sobre los enormes yacimientos de carbón en la cuenca del Donez. Hacia el Este donde allende del Caucaso empieza la frontera turco-soviética, encuéntranse a orillas del Mar Caspio los casi inagotables yacimientos de petróleo de Baku, cuyo precioso producto es llevado a los puertos soviéticos del Mar Negro, de Batum y Tuapse, mediante dos enormes tuberías. En contraste con la costa norte del Mar Negro muy favorable a la navegación, carece casi de puertos la costa sur, a 250 kilómetros de distancia, donde las montañas del Ponto caen acantiladas al mar. Alguna importancia tienen aquí los puertos turcos de Eregli, embarcadero para la cuenca carbonífera Zouguidak, así como Samsun y Trapezunt. La sobresaliente importancia de Estambul ya ha sido mencionada en relación con los Dardanelos. En la costa búlgara tiene especial importancia Burgas, como final de la línea férrea, ramificación de la línea de oriente que atraviesa Rumania oriental, así como el puerto de Varnia siempre libre de hielo, lugar de tránsito y transporte para trigo y otros productos agrícolas e importación de productos industriales, generalmente conocido como el más famoso balneario marítimo de Bulgaria. El puerto comercial y de guerra de Constanza, situado más al norte y unido con el Danubio, ha llegado a tener destacada importancia como punto de partida para las comunicaciones rumanas con Ultramar y ante todo en la actualidad como base naval de las potencias europeas aliadas. Así se completa el aspecto politicoeconómico y estratégico del Mar Negro y de los Estrechos turcos, que desempeña para el Báltico del Sur las mismas funciones que los pulmones en el organismo humano. Este gran mar continental, como vía comercial de primer orden, tendrá un porvenir muy brillante porque las regiones del Mar Negro abandonadas por los bolcheviques o bien explotadas únicamente bajo el punto de vista militar pueden ser aún explotadas convenientemente como enormes regiones de aprovisionamiento de la Nueva Europa. Los cuatro grandes ríos, Danubio, Dnjestr, Bug y Dnjepr, que desembocan entre otros al Mar Negro, tendrán entonces como vías de comunicación igual importancia que el Mediterráneo liberado del dominio Británico.

 

9/2/11

Entrenando para el desastre.

 

noche madre

Hubo un tiempo en que las madres eran madres

La otra tarde asistí a un espectáculo estremecedor. Para variar, estaba yo en un bar (un bar decente, ojo; sin ir más lejos, la noche antes había habido una pelea, con banquetas volando, el camarero con las gafas rotas y, al remate, intervención de la policía local). Acuciado por el vicio, salí a la terraza a echar un pitillo y entregado a los placeres de la nicotina como estaba, mi mirada plácida se vio atraída por una madre que jugaba con su hijo al escondite. La madre tendría unos cuarenta años y el hijo cinco o seis. Hasta ahí, todo normal.

Bueno, normal relativamente; porque lo lógico hubiera sido que el niño estuviera jugando al escondite con otros niños, no con su madre. De hecho, siempre había pensado que uno de los fines de jugar al escondite era -precisamente- aprender a esconderse de los padres, ¿no? Pero, bueno, todos los demás niños estaban dentro del bar jugando con sus nintendos y ajenos al mundo circundante, así que a éste en particular, no le quedaba otra que jugar con la autora de sus días.

El caso es que había algo que no terminaba de cuadrarme, así que presté más atención y lo que vi me heló la sangre. La madre estaba contra la pared, contando muy concentrada y el niño estaba escondido tras un cajón minúsculo que no lo cubría en absoluto, ni de los fuegos, ni de las vistas del enemigo. ¡Qué niño tan torpe!, me dije.

Cuando la madre terminó de contar, empezó a dar vueltas muy sonriente y en apariencia sin ver al niño (cosa imposible, porque era un ceboncillo sedentario y sobresalía por todos los lados). Hablando con una voz de subnormal completa, se alejó de la pared: “¿Dónde estará este niño? ¡Huy! ¿Dónde se habrá escondido, que no le veo…?” Claro, el niño salió corriendo y gritó triunfal: “¡Por mí!”

Así que, ahora volvía a ligarla la madre. Pero no, por lo visto, no haberlo encontrado daba igual; al parecer tenían establecido un sistema de turnos independiente del resultado de la búsqueda. El niño se puso a contar y la madre fue a esconderse detrás de una de las estufas-seta de la terraza, con un espesor de unos ¿ocho? centímetros del que rebosaban evidentes las formas maternales. “¡Vaya mierda de madre!”, me dije yo, “¿no jugaba al escondite cuando era pequeña?”.

Para mi sorpresa, el niño terminó de contar y repitió gesto por gesto la pantomima que un minuto antes había interpretado su madre. Fingía no verla, y digo “fingía”, porque en mi mundo, los niños no son gilipollas; al menos no tan gilipollas como los adultos. Pero… este niño no era ciego; sin duda, veía a su madre, pero… ¡Claro! Su madre le había enseñado a jugar a su peculiar concepción del “escondite” y él creía sin duda honradamente que el juego no consistía en esconderse lo mejor posible, sino en fingir que no veías a quien ni siquiera intentaba esconderse. Es de suponer que la madre, lectora del dominical de El País e imbuida de sus tempranas lecturas de Lucía Etxebarría y Paulo Coelho, pretendía hacer del escondite un juego cooperativo y no frustrante, en lugar del feroz trasunto de la caza que siempre ha sido: un entrenamiento para encontrar a la presa y para no ser encontrado, ¿no?

Lanochedelcazador1

Robert Mitchum muestra cómo entrenar a los niños de forma no sexista

 

Pues vuestro humilde narrador estaba asistiendo al despliegue del “antientrenamiento”. La función de los padres en cualquier especie es entrenar a sus cachorros para la supervivencia, y el escondite es un juego paradigmático en ese sentido: sirve para sobrevivir. ¿Cómo coño piensan esas madres que se van a esconder correctamente sus niños si los persigue un pederasta, o un asesino en serie? ¿o, no lo quiera Dios, un vampiro? ¡Ay, mierda! Si ahora los vampiros resulta que son guays, son guapos y ni siquiera les huele el aliento a cadáver.

images manzanas Niños de los de antes, correctamente camuflados

 

Al parecer, ahora la función del juego es no frustrar al niño y dejarle claro para siempre que sus progenitores son unos seres absolutamente imbéciles que ni siquiera saben esconderse. Al parecer, para poder competir, adquirir habilidades  y superarse sin la intervención imbecilizante de sus ¿padres? sólo les queda el recurso a los videojuegos, que, aunque virtuales, son tan salvajemente competitivos como las peleas del colegio de nuestros tiempos.