23/9/12

Por qué no voy a ir el 25-S a rodear el congreso.

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Pasado mañana, martes 25 de septiembre, hay convocada una acción en el congreso de los diputados en Madrid. La convocatoria, en principio titulada “ocupa el congreso” y luego descafeinada a “rodea el congreso” partió de una plataforma (traducción: un grupo de colegas) denominada “En pie” supuestamente compuesta por gente cercana al 15-M y sus grupos antecedentes (DRY, etc.). Con esto de las redes sociales y el ambiente de cabreo general entre la población civil, la cosa se expandió a velocidad de vértigo.

Antes, cuando se convocaba algo, uno sabía a qué atenerse: los partidos de extrema izquierda o derecha tenían nombre y sabías quién estaba detrás de las siglas, aunque fueran siglas tan arcanas para los hoy menores de 50 años como P.O.R.E., P.O.S.I. o A.R.D.E. Abajo del cartel ponía: “Convocan:” y ahí las siglas de esos partidos que al fin y al cabo eran un grupo de colegas y, luego “apoyan:” y ahí iba una retahíla de asociaciones vecinales, culturales, de solidaridad con las causas más enrevesadas que, por lo general, estaban formadas por los mismos de las siglas anteriores. El caso era aparentar que había una multitud detrás. Pero, por lo menos, sabías quienes eran. Incluso con nombre y apellidos.

Ahora la situación es muy distinta. Yo no tengo ni idea de quién ha convocado esto. Y, por más que ha habido noticias sobre asambleas y discusiones en y con las asambleas locales del 15-M que, supuestamente le han quitado el control a los convocantes originales que han tenido que compartirlo con más gente –poca- que yo tampoco sé quién es, sigo sin tener ni la más remota idea de quién convoca el acto del martes que viene, 25 de septiembre. No es lo mismo crear un hashtag en twitter, o largar en un blog (éste, sin ir más lejos) con pseudónimo, que pretender ir de vanguardia del proletariado para derribar nuestro sistema político desde el anonimato, como si se tratara de los rosacruces o los carbonarios. Se juntan cuatro colegas, dicen que son la inmensa mayoría y listo. Hala, ¡a retwittear!

Aquí, enlace a la presentación de la plataforma “En pie”. Son personas humanas.

Aquí, enlace a una explicación bastante detallada del proceso.

Porque el caso es que esta convocatoria pretende rodear el Congreso hasta que dimita el Gobierno en pleno, se disuelvan las Cortes y la Jefatura del Estado, se derogue la Constitución ilegítima de 1978 y se inicie un proceso constituyente que nos conducirá a un mundo idílico en el que todos seremos felices en la República y Yupi caminará sobre la tierra haciendo el bien.

Es decir, que la convocatoria original era para una sedición en toda regla. Luego se ha ido descafeinando, pero el mensaje permanece. Y, ante esto, quiero decir dos cosas:

Primera cosa: En mi opinión, esta convocatoria tiene una finalidad abiertamente imposible (y ni siquiera deseable) que sólo puede deberse a mentes calenturientas absolutamente aisladas de la realidad o a mentes más cabronas que lo que pretenden es que los antidisturbios den mucha caña y haya sangre en la tele y, en todo caso, que haya detenidos a los que se les pidan penas de cárcel. O sea, que se pretende generar la mayor crispación social posible con la clara finalidad de deslegitimar más aún a los políticos y, lo que es el meollo de la cuestión, al sistema democrático como tal.

Claro que el gobierno ayuda mucho a conseguir esto. Están tan nerviosos que hasta han intentado modificar el Código Penal para que convocar manifestaciones por internet fuera delito, o se dedican a detener ilegalmente a cualquiera que pueda ser relacionado con el 25-S, acusándolo de delitos surrealistas. Parece que Fraga siguiera entre nosotros y que Rajoy ensaye delante del espejo lo de “La calle es mía”. Por eso han previsto mil y pico policías para recibir al 25-S como se merece.

Como los que mandan nos están puteando tanto, y el cabreo es tan general, probablemente irá mucha gente. Lo malo de un cabreo tan general, es que cada vez hay más gente dispuesta a asumir un mensaje muy simple: todo lo que hay es ilegítimo y hay que liquidarlo. Llegados a este punto, la línea que separa a un ácrata bienintencionado de un fascista es muy, pero que muy delgada, y uno no se da cuenta de que la ha traspasado hasta mucho después de haberlo hecho. Tenemos la suerte de que en Hispania aún no ha aparecido un líder carismático que unifique todos esos cabreos en un partido fascista. De momento.

Esta convocatoria va contra el sistema democrático y no contra unos políticos que no nos representan. Por eso se ataca el Congreso en lugar de, pongo por caso, las sedes del PP y del PSOE (en Cataluña y Euskadi, podían incluirse las sedes de CiU y PNV). Además, tiene la ventaja de que muchísimos ciudadanos que saldrían a manifestarse exigiendo sus derechos (yo, sin ir más lejos) no se reconocen en este disparate, que va dirigido a gente con una ideología muy concreta. Divide y vencerás.

Yo ya tengo edad suficiente como para llevar más de treinta años viendo las mismas caras cada vez que se monta una de éstas. A veces, las mismas caras que hundieron Izquierda Unida de mi barrio en los 90 y que luego me encuentro susurrando maldades al oído del moderador en una de las primeras asambleas del 15-M, justo antes de que hubiera renuncias porque las actas no coincidían con lo que se había acordado en la reunión anterior. Por ejemplo.

La misma gente que capó el 15-M echando de allí a cualquiera que no estuviera dispuesto a escribir compañerxs o sólo pretendiera que la crisis la pagaran los que la habían organizado, se juzgara a los banqueros y políticos corruptos y que se estableciera un sistema electoral más justo; para lo cual no hace falta hacer aplausos mudos ni ser feminista. Gracias a esa gente, especialista en okupar oportunidades ajenas para liquidarlas, a estas alturas los medios hablan tranquilamente del 15-M, que ya no es más que un montón de terapias de grupo donde cuatro gatos fantasean con los nuevos colegas del barrio, hacen talleres de marcapáginas para los niños, pasacalles para los mayores y solucionan la subida del gasoil echando aceite de girasol al depósito, que el coche funciona mejor. Eso sí, con mucho movimiento en facebook y en twitter para que parezca que pasa algo.

 Risasguay

15-M: Así acaban las revoluciones cuando uno se dispersa

Segunda cosa (una lleva a la otra): En realidad, me importa un pito quién esté detrás de esto. Lo que me importa es que aparte de para generar mala leche, todo este montaje sólo sirve para seguir teniendo a la gente distraída de lo que realmente importa. Mientras se delira sobre procesos constituyentes, no se está a lo que hay que estar, que es, ni más ni menos, que a defender nuestras lentejas, las de todos.

Los que mandan, o sea, los gobernantes, los banqueros y grandes empresas y los medios de comunicación financiados por éstos, se dedican a asustarnos, a desmoralizarnos mientras aplican la estrategia del shock delante de nuestras narices. Nos tienen acogotados, aguantamos que nos despidan, que recorten nuestros derechos, que se privaticen los servicios públicos, porque estamos asustados. Nos dicen que es que no hay más remedio, que es que no hay dinero, ya sabemos, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y toda esa mierda. Nos dejan en la calle y, ¿qué hacemos? Exigir procesos constituyentes. ¡No me jodas!

Bueno, pues sí que hay dinero. Y no hablo ya de implantar un sistema fiscal que grave a los ricos que hoy no pagan, ni de que el gobierno deje trabajar en paz a la Inspección de Hacienda cuando encuentra fraudes multimillonarios de según quién (cosa que hasta ahora nunca ha ocurrido). No. No hablo de que los que no pagan (vbgr. la Iglesia o las SICAV) paguen . Que también.

Hablo de lo que ocurre con el dinero que ya hemos pagado y estamos pagando todos. Si la Administración deja de tirar ese dinero en subcontratas, no sólo innecesarias, sino mucho más caras que si el trabajo lo realizara la propia Administración; si se dejara de pagar un sobrecoste que a menudo es del mil por cien (y me quedo corto) por servicios innecesarios o que perfectamente podrían realizar gratis los empleados públicos que en teoría están para eso (vbgr. proyectos de obras, licencias de Microsoft); si alguien controlara (¿la Intervención General del Estado, por ejemplo?) que en las adjudicaciones de obras públicas, no sólo se cumplen los formalismos burocráticos, sino que los precios que se pagan (con nuestros impuestos) son los normales de mercado; si se hiciera eso, se ahorrarían millones y millones y millones de euros. Si se eliminaran los cientos de supuestas empresas públicas y oenegés ridículas cuya única función es justificar facturas por servicios con sobrecostes demenciales o, sencillamente, inexistentes; si liquidáramos observatorios, Agencias y demás, si los millones en subvenciones para crear empleo se dedicaran a eso y no se las quedaran… en definitiva, si elimináramos el saqueo del dinero público con el que se financian los partidos políticos y la corrupción de cargos públicos, con la que muchos se llenan el bolsillo, habría mucho –pero mucho- dinero que no habría que recortar de donde no se debe. Dejémonos de procesos constituyentes y denunciemos esto. Y, cuando digo denunciar, me refiero a acopiar datos y llevárselos a la Fiscalía o al Juzgado de guardia.

Pero, en lugar de estar exigiendo eso, que evitaría el marrón que nos estamos comiendo, parece que mola más reclamar procesos constituyentes. Por mí, perfecto. Seguid así. Mientras os dejen.

P.D. Por si alguien con vocación de antropólogo cultural es capaz de tragarse este  vídeo hasta el final, contiene un ejemplo tan largo, tedioso y descorazonador como el striptease de una lagarterana de la retórica 25-S. La voz de contestador automático le añade viveza e interés.